Utopia Siglo XXI

 

 

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miércoles, febrero 19, 2003

 

Guerra o no guerra: Esta es la cuestión.
Feliciano Robles Blanco

Las grandes manifestaciones mundiales del pasado fin de semana han aumentado la presión hacia Estados Unidos para evitar la Guerra; sin embargo un informe de la organización Strafor señala que el despliegue militar que ha hecho Estados Unidos en la zona hace casi inevitable el conflicto porque esta presión militar no puede durar indefinidamente y ha sido conformada para llevar a cabo una invasión y conquista de Irak de la forma más rápida posible.

Según las condiciones atmosféricas de la zona la guerra tendría que haber concluido en abril. Por lo tanto el comienzo de la misma tendría que ser entre el uno a finales de marzo. Por lo tanto la presión para la Guerra en las próximas dos semanas será mucho más intensa que la que ha habido hasta ahora.

En estos momentos decisivos los Estados Unidos lo van a tener más difícil que nunca porque el eje franco-alemán apuesta claramente porque los inspectores continúen con su labor hasta que demuestren fehacientemente que su misión ya no puede continuar y que el régimen de Babdag ha cometido alguna negligencia importante. Y esta opinión es la que tienen la mayoría de manifestantes que han salido a las calles a decir NO A LA GUERRA.

La conducta de los líderes franceses, alemanes y belgas en el seno de la OTAN para impedir el despliegue de tropas en Turquía ha puesto a los Estados Unidos en situación idónea par actuar de forma unilateral.

Los Estados Unidos a raíz de la reunión del Consejo de Seguridad del pasado día 14 de febrero han iniciado una campaña de relaciones públicas, para hacer ver al resto del mundo que se verán obligados a actuar de forma unilateral debido al posible veto que pueda poner Francia en la próxima y decisiva reunión del Consejo de Seguridad.

El sentimiento antifrancés ha sido intensificado por una fuerte campaña mediática en Estados Unidos y resto del mundo para tratar de conseguir apoyo a la Guerra según la resolución 1441, y evitar así una segunda resolución que podría ser vetada por Francia. Esta fue la postura que defendió con tesón la Ministra de Asuntos Exteriores de España, que dijo que ya no hacía falta ninguna nueva resolución para iniciar el ataque.

El pasado fin de semana fue otra historia. Las manifestaciones mundiales en contra de la Guerra acapararon la atención periodística mundial por el hecho novedoso de que nunca había ocurrido algo parecido, lo cual ha dejado totalmente descolocado a los analistas y gobiernos más belicistas.

El temor de los analistas y militares norteamericanos es que se repita una situación global de rechazo a la Guerra como la que ocurrió en Vietnam que obligó a retirarse al ejército más poderoso del mundo por la presión que ejerció la opinión pública mundial. Coincidiendo en este caso además que las protestas se han iniciado antes incluso que se desencadene el conflicto. La situación se ha puesto crítica especialmente para los gobiernos de España y Gran Bretaña porque ha sido en estos países donde han sido masivas las protestas, cuyos gobiernos precisamente eran los mejores aliados de Estados Unidos.

Las manifestaciones han tenido un gran repulsivo pero no está claro que vayan a modificar la situación. El problema principal que tiene ahora Estados Unidos es militar, porque tiene desplegado en la zona el cuerpo superior de su ejército y no puede permanecer allí por tiempo indefinido, porque está compuesto básicamente por reservistas a quienes les han dicho que va a ser una operación rápida y segura de pocos días o semanas. Este ejército allí desplegado necesita mantenimiento y rotación de efectivos.

El calendario también se va cerrando y no es un problema secundario. Para finales de abril la Guerra tendría que haber concluido, porque a partir de esas fechas las temperaturas en Irak son infernales e insoportables para el avance normal de las tropas, y a lo sumo podría ser guerra nocturna, pero eso haría el avance mucho más lento y difícil de conseguir los objetivos deseados.

Los estrategas militares han señalado que el ataque tendría que ser en el periodo que va del 26 de febrero al 4 de marzo. Retrasar la invasión más allá de estas fechas conllevaría un alto riesgo para el ejército norteamericano. La alternativa sería regresar a casa y posponerlo todo para después del verano.

Los analistas belicistas consideran que posponer la invasión tendría las siguientes consecuencias:

- Estados Unidos aparecería debilitado ante el mundo Islámico. Lo cual reforzaría las estrategias de Osama Bin Laden.
- No representaría un beneficio de imagen para los Estados Unidos, porque según ellos, los manifestantes son todos antinorteamericanos y toman a Irak como excusa para mostrar su antiamericanismo.
- Aumentaría el riesgo para los países islámicos aliados de Estados Unidos. Kuwait, Qatar y Omán.
- Reforzaría enormemente el poder de Sadam Hussein.

Se hace pues necesario, para todos aquellos que deseamos la paz estar atento a lo que ocurra durante estos días que pueden ser cruciales para la Historia de la Humanidad. Hay que hacerles saber al pueblo norteamericano que no estamos contra sus ciudadanos sino contra la estrategia belicista de su Gobierno.

Si este conflicto se pudiese resolver por métodos pacíficos y diplomáticos sería el triunfo de la razón , si se resuelve por medio de la Guerra será el triunfo de la barbarie, impropia del siglo XXI.

 

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