Utopia Siglo XXI

 

 

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lunes, marzo 03, 2003

 

Juez condenado

Feliciano Robles Blanco

Una de las cosas que me gusta de la Administración norteamericana es que todos los altos cargos que son designados por la Administración pasan previamente por una audiencia pública en el Senado donde se ha indagado sobre su pasado y si hay algún borrón en su conducta son rechazados.

Aquí en España, lamentablemente, nos enteramos de los nombramientos cuando aparecen publicados en el BOE, y muchos cargos el único currículo destacado que aportan es su vinculación partidista con el gobierno de turno.

Así más o menos ha pasado con el reciente nombramiento como Magistrado de la sala Tercera del Tribunal Supremo de D. Santiago Martínez-Vares, que como mérito principal habrá aportado el haber sido Presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura ( APM) de ideología muy afín al gobierno de turno, y por eso su nombramiento no ha sido por unanimidad de los consejeros del Consejo General del Poder Judicial sino por los jueces afines del Partido Popular.

Sin embargo tengo que decirles a ustedes que por casualidad me he enterado que en cierta ocasión este señor, siendo ya Presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla, se portó como un vulgar delincuente e intentó esquivar la Ley y abusar de un humilde ciudadano, y no obstante fue condenado por ello.

La historia de este condena es la siguiente:

El día 26 de noviembre de 1994, fue un ciudadano de Sevilla a la estación de Santa Justa a despedir a su hija recién casada que iniciaba un viaje de novios, aparcó correctamente su coche matrícula SE-7973-L y al volver de despedir a su hija una vez que partió el tren, se encontró que su coche había recibido un fuerte golpe en el lateral izquierdo delantero, y provocado daños que fueron presupuestados en 131.559 pesetas de las de entonces y que el coche causante se había dado a la fuga. Pero como había varios taxistas allí aparcados tomaron la matrícula del coche causante del golpe y se la pusieron en el parabrisas de este ciudadano, y cuando este ciudadano salió de la estación y fue a recoger su vehículo dos taxistas que habían visto el golpe le dieron los datos personales para ofrecerse como testigos en caso de juicio.

El vehículo causante tenía la matrícula SE-1472-AH, que resultó ser propiedad de D. Santiago Martínez-Vares García, a la sazón Presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla.

En una primera indagación resultó que era imposible localizar el domicilio personal de este señor para notificarle la denuncia y que el coche aparecía sin seguro y por lo tanto se le demandó en rebeldía, al Consorcio de Compensación de Seguros.

Una vez informado y localizado el domicilio de D. Santiago Martínez-Vares, se realizó un juicio oral, donde el ciudadano demandante estuvo representado por la procuradora Dª Isabel Mª Pradas Estirado, siendo el juez el titular del Juzgado de 1ª Instancia nº 19 cuyo titular era D. Rafael de los Reyes Sainz de la Maza.

En el juicio estuvo presente el ciudadano demandante y D Santiago Martínez –Vares, personalmente, que negaba los hechos y fue necesario que los testigos D. Tomás C. L. y Manuel G. M. atestiguasen de que ellos habían visto personalmente el golpe, y que la nota de la matrícula que ellos habían apuntado coincidía con su caligrafía, y que este ciudadano presentase una factura de reparación de un total 138.572 pesetas.

Ante estos hechos el juez titular emitió sentencia el día 23 de octubre de 1997 condenado a D. Santiago Martínez.-Vares a pagar dicha reparación y absolvió al Consorcio de Seguros porque la compañía Wintherthur apareció como poseedora de una póliza de seguros del citado automóvil, póliza que al principio de las actuaciones no aparecía por ningún sitio.

Este es el relato documentado que tengo de estos hechos, lo curioso del caso es que este señor en una entrevista concedida al periódico ABC de Sevilla el pasado 28 de febrero manifiesta lo siguiente cuando el periodista le hace la siguiente pregunta: ¿Alguna vez sintió que se equivocaba?. Respuesta: Jamás porque siempre que he dictado sentencia lo he hecho desde el convencimiento de que era un acuerdo con mi conciencia y mi recto proceder del derecho.

Está claro que en los hechos citados intentó descaradamente zafarse de pagar los daños ocasionados a un humilde ciudadano con la seguridad de que quedaría impune por falta de pruebas.

Desconozco totalmente a este señor y cual ha sido su trayectoria profesional pero este hecho me ha parecido preocupante y poco decoroso por haber sido `protagonizado por una persona de tan alto rango y por eso lo doy a conocer a la opinión pública.

http://feliciano.blogspot.com


 

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