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miércoles, noviembre 19, 2003

 

Economía del altruismo

Feliciano Robles Blanco

Este es el título que da el profesor Emilio Fontela al artículo que aporta al libro que vengo comentando titulado Economía ética y bienestar social coordinado por los profesores de Economía Emilio Fontela y Joaquín Guzmán.

Dice el profesor Fontela que la Economía es una praxeología que se apoya en la racionalidad. Los agentes económicos, al actuar individual y racionalmente, defienden sus intereses personales. El “homo economicus” es egoísta y racional. En consecuencia, el altruismo se interpreta en principio como un comportamiento irracional desde el punto de vista de la economía, y por ello obedece a otro tipo de racionalidad que apela a valores de solidaridad. El altruismo es el sentimiento opuesto al egoísmo, y se subordina al interés general de la humanidad presente y futura. El altruista busca el bien ajeno aun a costa del propio.

Ética y moral social en la ciencia económica

En la filosofía hegeliana, la moral se refiere a la conciencia individual, mientras que la ética se refiere a una moral social. La respuesta de la ciencia económica al reto de la ética se encuentra en la economía del bienestar.

Cuando la economía se desequilibra en lograr el bienestar se impone definir un poder institucional económico representativo de la colectividad y motivado por al búsqueda del bien común.

Son bienes públicos, aquellos cuyo consumo recae por su naturaleza sobre todos los consumidores ( por ejemplo: la defensa nacional, educación, sanidad, etc) y por consiguiente no pueden ser objeto de una transación de mercado, ya que ningún individuo aislado puede negarse a pagar el precio determinado por la colectividad : son bienes y servicios indivisibles.

En los bienes públicos la intervención del Estado encuentra su justificación social en los principios de igualdad de oportunidades y de solidaridad interpersonal.

El mercado tiene un gran fallo porque el resultado distributivo de las actividades puede ser moralmente injusto para la sociedad desde el momento en que el poder adquisitivo de las personas es muy diferente de unas a otras.

Por tanto desde el punto de vista ético esta situación implica la adopción de un entramado institucional corrector de los ineludibles fallos del funcionamiento de los mercados, es decir, una actuación política legitimada por la voluntad ciudadana de una solidaridad institucionalizada. El Estado de Bienestar instaurado a partir de la crisis de 1930 responde a esta necesidad de la moral social, que es el comportamiento ético de la sociedad.

Altruismo y moral individual en la economía

El altruismo se refiere a la solidaridad interpersonal.
El altruismo adquiere más fuerza en los círculos de la proximidad del individuo, en especial en el seno de la familia. A veces va más allá, e incorpora actuaciones que no requieren una relación personal directa y puede ser instrumentada por agentes que realizan la interfaz entre el altruista y los que necesitan apoyo.
La teoría económica encuentra pocos apoyos para incorporar y valorar las actividades altruistas.
Hay dos aspectos que definen el altruismo: La simpatía y el compromiso
La simpatía se apoya sobre valores de bondad y caridad
El compromiso considera un acto que se sabe va a beneficiar más a otro que a sí mismo, implicando un sacrificio personal. El compromiso se inscribe en una ética de la responsabilidad. Porque se trata de actuar concretamente sobre el presente y sobre el futuro para proporcionar mayor bienestar al resto de la sociedad, implicando una inversión personal para el desarrollo de bienes comunes.
En el contexto de la ciencia económica, hablar de un individuo con simpatía y compromiso social solo tiene características utópicas muy arraigadas en la historia del pensamiento económico.
Por ejemplo muchos economistas creen que la utopía socialista implica un cambio de las mentalidades individuales , ya que se supone que el hombre no es de naturaleza altruista.
Sin embargo parece que existe una tendencia hacia ese cambio de mentalidades, que encarnan los agentes económicos del Tercer Sector, ubicados entre lo privado y lo público y se apoyan en buena medida en una fórmula evolucionada del altruismo aunque dentro de una gran heterogeneidad El ejemplo de mayor trascendencia altruista es la donación de parte del tiempo de ocio de las personas para la realización de acciones de ayuda al prójimo o simplemente de mejora de la calidad de vida.


Altruismo organizado

El altruismo organizado se canaliza a través de las organizaciones sin fines de lucro. E incluyen:

- Entidades no financieras dirigidas al mercado mediante la prestación de bienes o servicios que aplican tasas que les permiten compensar los costes de producción y que son financiadas mediante donaciones o suscripciones.

- Entidades financieras que operan a precio de coste.

- Organizaciones públicas sin fines de lucro, que son controladas y financiadas por entidades gubernamentales.

- Asociaciones de naturaleza privada o no gubernamental (ONG´s) sin ánimo de lucro que ofrecen servicios y productos no de mercado a familias /hogares.

Dentro de las instituciones sin ánimo de lucro se incluyen dos categorías diferenciadas:

- Sindicatos, colegios profesionales, asociaciones de consumidores , partidos políticos, iglesias o congregaciones y agrupaciones sociales, culturales, recreativas y deportivas.

- Organizaciones caritativas de apoyo, socorro y ayuda financiadas por donaciones de voluntarios o servicios de otras instituciones.

Los países que cuentan con mayor número de instituciones sin ánimo de lucro son los que pertenecen a Europa y Estados Unidos.

El desarrollo de las nuevas tecnologías de la sociedad de la información está cambiando radicalmente el funcionamiento de estas instituciones.

La crisis del Estado de Bienestar y en general de la cooperación internacional está abriendo las posibilidades de desarrollo de una sociedad más altruista en el plano privado. Sin embargo no se debería renunciar a seguir financiando con fondos públicos los bienes elementales de los ciudadanos.

Hasta aquí una síntesis del largo y minuciosos artículo del profesor Emilio Fontela en el libro Economía ética y bienestar social.


 

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