Utopia Siglo XXI

 

 

Diario educativo de Feliciano Robles, para tratar de conseguir una Educacion integradora y liberadora en los valores humanos que mas dignifican a las personas.

 

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domingo, marzo 07, 2004

 

A mis mujeres…

Feliciano Robles Blanco

Este artículo fue escrito hace dos años, y hoy lo reedito como testimonio de mi aprecio a las mujeres y para denunciar que siguen pasando muchas cosas malas en el mundo que las impide vivir y desarrollarse plenamente en la libertad e igualdad que todos los humanos merecemos.

Yo no se sí es bueno o no que exista un Día internacional de la Mujer, a mi me parece que es bueno, porque toda celebración nos conlleva a reflexionar y pensar qué podemos hacer para mejorar y ayudar a una verdadera emancipación de las mujeres en todos los lugares del mundo.

Yo he tenido la influencia directa de cuatro mujeres en mi vida y la indirecta de cientos de alumnas y compañeras a nivel profesional.

De cero a catorce años, tuve la influencia de mi madre, luchadora y trabajadora como pocas en un ambiente muy hostil, ella me enseñó a ser valiente, honrado, recto (responsable) y austero.

De 14 a 25 años, tuve la influencia de mi tía María, una catalana, cariñosa y amable como pocas mujeres he visto yo en el mundo, trabajadora de una fábrica textil, y mantenedora de su independencia y autonomía respecto de mi tío con el que aun convive. De ella aprendí lo importante que es para una mujer y una convivencia tener asegurado unos ingresos económicos autónomos.

De 16 a 21 años Mº Assumpte, el amor loco de mi vida, nunca correspondido, me enamoré de su belleza, de sus pechos incipientes, cuando la conocí, de su olor cercano cuando bailaba con ella, pero eran tiempos difíciles, vivíamos en pueblos distintos, y nuestros encuentros eran distanciados y esporádicos. A los 21 decidí romper y olvidar para siempre, porque creí que me podría volver loco.

Al poco tiempo de romper con Mª Assumpte, conocí a Mª Luisa, mi esposa y madre de mis hijos, no sentí con ella un enamoramiento loco, pero si una comprensión, un cariño y un deseo de hacer un proyecto de vida conjunto, tenemos diferencias importantes, en política, religión, etc., pero mantenemos una armonía y convivencia que nos permiten ser felices. Nunca la he considerado mía, ni he sentido celos, las puertas de nuestra casa están abiertas para los dos, y ha estado siempre muy claro, que si alguno de los dos algún día daba un paso para irse a otro sitio ninguno de los dos lo íbamos a impedir. No quiero ser ni sentirme propietario de nada ni de nadie y mucho menos de una mujer.

Vivo en un entorno laboral, donde las mujeres tienen los mismos derechos, horarios y salarios que los hombres, pero se que cuando yo llego a casa tengo la comida puesta en la mesa, y son atendidos mis hijos si están enfermos o yo mismo, pero se que mis compañeras, el día que su hijo, su madre o su abuela, tienen un problema son ellas las que se tienen que quedar en casa y faltar al trabajo, por eso no las quieren contratar los empresarios, y por eso la gran cantidad de paro se da entre las mujeres, porque los hombres nos desentendemos de esos problemas tan importantes.

No tengo hijas, solo dos varones, mi formación y mi vida profesional casi siempre fue con varones, hasta los 40 años, un día de golpe al iniciar un curso nuevo empecé a impartir Tecnología en vez de Automoción y me encontré en el Aula con la mitad del alumnado que eran chicas que estaban asustadas, en aquél Aula-taller tan grande y destartalado, porque la Consejería de Educación me había mandado cajas enteras de limas de 12 pulgadas y serruchos de cortar madera. Yo me niego a esa clase se Tecnología. Yo quiero que mi aula sea un Laboratorio donde se investigue y ensaye y se conozca los factores sociales del desarrollo tecnológico de cada momento. Así cada año tomamos un centro de interés específico, hace años les hablaba a mis alumnos que un día tendríamos cientos de canales en la televisión, cuando solamente ellos tenían uno y muy malo, otro año les hablaba del teléfono móvil, cuando en muchas casas no tenían ni siquiera teléfono fijo, este año estamos desarrollando Internet, al año que viene no se...

No obstante aun no logro la integración total de mis alumnas con la asignatura, hay coeducación, pero hay mucho machismo en el aula y en el ambiente, ellas se sientan separadas en la clase en mesas diferentes, son muy laboriosas y trabajadoras y estudiosas pero les falta aun la garra para protestar y luchar íntegramente por sus derechos y su integración.

Las miro y pienso ¿Quién será de ellas la que sufra malos tratos? ¿Quién será de ellas la que tenga que prostituirse? ¿Quién será de ellas la que sufra acoso sexual de un jefe, de un compañero o simplemente de un gilipollas? Me gustaría que no fuese ninguna. A ese esfuerzo dedico los mejores momentos de mi docencia, soy tremendamente feliz cuando ellas orgullosas concluyen sus proyectos en igualdad de condiciones a sus compañeros de clase.

Ánimo a todas las mujeres que sufran por alguna causa inherente al hecho de ser mujer, que denuncien, que luchen , que se unan y que sepan que también hay hombres que las apoyaremos en ese camino de liberación y emancipación.

 

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