Utopia Siglo XXI

 

 

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domingo, mayo 23, 2004

 

Cáncer e ingenuidad

Feliciano Robles Blanco

Muchas personas pecamos de ser ingenuas, otras pecan de ser escépticas, cuando una persona es muy ingenua se dice que es un iluso y cuando una persona es muy escéptica se dice que es una persona amargada por no ser capaz de creer en algo. Porque la ingenuidad se origina ante las creencias que tenemos las personas para ir dando sentido a nuestra vida. Creer en algo no significa que sea cierto o que ni siquiera exista. Yo por ejemplo no creo en Dios porque no tengo la evidencia de su existencia al menos del Dios Todopoderoso que intentaron inculcarme a mi en mi infancia.

Por el contrario creía de forma ingenua bastante en el desarrollo científico y tecnológico y en el progreso de la medicina moderna y tecnológica.

Pero os confieso que hoy he empezado a perder la fe en ese tipo de medicina tecnológica al menos en lo que respecta al tratamiento del cáncer.

Yo he tenido varios familiares que han padecido cáncer y algunos de ellos han dejado secuelas graves en sus familiares y en todos los casos que he conocido siempre se han producido la muerte del paciente de cáncer.

Mi primer episodio con el cáncer se refiere a mi abuelo materno que vivía en el pueblo y padeció y murió de un cáncer en el estómago. Por entonces en mi pueblo no se conocía la palabra cáncer, y cuando yo preguntaba a mi madre de que había muerto mi abuelo me decía que había muerto de una cosa mala.

En el pueblo había un gran sigilo para no decir a ninguna persona que padecía una cosa mala y la enfermedad se vivía con pesar y silencio en la familia y los enfermos morían sin recibir apenas tratamientos médicos o quirúrgicos porque no los había.

Cuando llegué a Cataluña en 1961 los recursos médicos estaban mucho más avanzados y se empezaban a usar tecnologías para tratar de curar el cáncer incluso por cuestación popular se construyó un hospital oncológico. ¿ Qué gran error?. Como se le puede quedar el cuerpo a una persona que le hacen unas pruebas y a la vista de los resultados le dicen que se dirija a hospital oncológico. Estoy en contra total de decir a un enfermo e incluso a determinados familiares que una persona tiene cáncer.

En los años 80 una prima hermana mía de 22 años tuvo un cáncer interno de desarrollo rápido y fulminante y murió en menos de tres meses. Fue inmenso el dolor que le quedó a mi tío con un gran sentido de culpabilidad por no haber podido poner todos los medios posibles para curar a su hija, intentó hace runa colecta para llevarla a Estados Unidos, pero le dijeron una y mil veces que el cáncer de su hija no tenía tratamiento posible. Vivió totalmente atormentado por aquella muerte veinte años hasta que el año pasado a él mismo se le generó otro cáncer y murió en poco tiempo, pero era tal su desespero que no hizo nada por su tratamiento y pidió a los médicos que le dejasen morir en paz y ellos respetaron su deseo y no le tocaron en absoluto, ni un asola radiación ni una sola quimio, solo unos potentes analgésicos para aliviarle los intensos dolores que tenía.

Pocos años después fue a mi cuñada la que se la generó un cáncer de mama. Ella había detectado unos bultos en sus pechos pero era tal el pánico que sentía a sus 43 años que no se atrevía a ir al ginecólogo. Cuando fue le confirmaron sus temores e inmediatamente la intervinieron la cortaron el pecho y encontraron ramificaciones en los ganglios. Después del trauma de verse sin su pecho pasó las sesiones de quimio y se desquició cuando se quedó sin pelo en la cabeza y se negaba a mirarse al espejo cuando se duchaba.

Superó aquella fase y estuvo un par de años más o menos revitalizada y animada pero un buen día empezó a sentir dolores en las articulaciones y huesos fueron de nuevo a la consulta médica y ya tenía metástasis, cuando la dijeron que tenía que recibir nuevamente quimia, se negó en rotundo, renegó de la medicina moderna y empezó a deambular en remedios alternativos y a visitar a todo tipo de curanderos y farsantes que juegan con la voluntad y el deseo de vivir de las personas, vivió tres años luchando con la metástasis sin probar un solo analgésico y convencida que con su poder mental sería capaz de vencer a su cáncer. Toda la familia vivimos con mucha ansiedad aquel proceso porque es una tragedia familiar ver morir a una mujer vitalista a los 48 años de edad dejando tres niños huérfanos.

Paralelamente al proceso de mi cuñada mi suegro también estaba padeciendo un cáncer de hígado pero este señor si que tuvo el tratamiento adecuado de su enfermedad. Lo trataba en la consulta privada el Jefe de Medicina interna del Hospital Clínico de Sevilla, y le estuvo tratando de forma paliativa sin decirnos nada a nadie que tenía cáncer, pasó un mes en el hospital pero con tratamiento paliativo para combatir los desarreglos intestinales que tenía. Un buen día llamó aquel médico a su hija y la dijo. Su padre está muy grave y dentro de unos días morirá, y ¿por qué morirá? Le preguntó mi mujer. ¿ por qué va a morir porque tenga colitis? Porque esa colitis se la está provocando un cáncer de hígado y ya está llegando a su fin. Nos lo llevamos a casa y a los tres días murió. Solo supimos que el abuelo murió de cáncer mi mujer y yo, y lo supimos 72 horas antes de morir.

Ahora con el episodio de mi suegra podría haber ocurrido poco más o menos pero los médicos han actuado de forma incorrecta, por operar un cáncer de colon ramificado y en estado avanzado a una mujer de 89 años y tratar de alargarla la vida en unas condiciones indignas y de sufrimiento. Lo que más lamento es el daño psicológico que están haciendo a mi mujer, porque hoy con lágrimas en los ojos me ha dicho que iba a pedir a la Virgen del Rocío que se llevase a su madre y que siente mucha culpa por tener ese deseo que muera su madre a la vista de la situación en que se encuentra

Por eso amigas y amigos, he dejado de ser ingenuo en este asunto y veo que en torno al cáncer hay montado todo un tinglado económico y financiero que se aprovecha de la desgracia familiar y sacar pingües beneficios.
http://feliciano.blogspot.com

 

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