Utopia Siglo XXI

 

 

Diario educativo de Feliciano Robles, para tratar de conseguir una Educacion integradora y liberadora en los valores humanos que mas dignifican a las personas.

 

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martes, agosto 31, 2004

 

APRENDER A SER, HACER Y TENER

Capítulo 2-3. Tiempo de dedicación a los menores

Hola amigas y amigos: En el mes de julo del 2001, escribí este artículo que trata de la importancia del tiempo que dedicamos a los más pequeños. Veo con pesar como tratan muchos padres a sus hijos pequeños, abandonándolos enseguida en personas desconocidas, para no privarse ellos de su desarrollo profesional. Luego más adelante vendrán las angustias y consecuencias nefastas que tienen los hijos malcriados.

Os dejo las reflexiones que escribí entonces:

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Apreciad@s amig@s: El primer factor que yo considero esencial para despertar en los hijos y los alumnos su curiosidad por aprender es el tiempo que les dediquemos en esa finalidad.

Voy a procurar no ser teórico en esto, sino ir contando mis propias experiencias y que cada cual saque las conclusiones que crea más oportunas. Yo creo que la enseñanza tiene que ser personalizada, al menos en la etapa inicial, porque cada niño tiene una forma diferente de aprender su entorno. Los padres, principalmente el padre tiene que hacer un esfuerzo y un deseo de dedicar a sus hijos el tiempo que sea posible, al menos en la infancia, y enseñar a su hijo con mucho cariño y paciencia las habilidades iniciales que un niño necesita para insertarse en el entorno, básicamente que sea valiente, que vaya desarrollando iniciativa y que vaya percibiendo como es la realidad en donde vive.

Y este tiempo que hay que dedicarle hay que hacerlo con afecto y sin mostrar prisas ni intransigencia, con los hijos y los alumnos hay que tener mucha paciencia. A veces esta necesidad de tiempo que requieren nuestros hijos puede entrar en conflicto con nuestro propio desarrollo profesional y es necesario tomar decisiones de riesgo, que luego al cabo de los años te sientes contento de haberlas tomado.

Os voy a contar dos ejemplos de este de decisiones que tuve que tomar yo en su día.

En 1978, vivía yo en Barcelona y la empresa donde yo trabajaba me hizo una proposición para que me fuera a Siria por un periodo de dos años, para poner en marcha una fábrica de tractores que se estaba montando en Aleppo; me decían que una vez transcurrido ese periodo regresaría a Barcelona y ya me reincorporaría como ejecutivo a la empresa.
Cuando les conté mi situación familiar con esposa y un niño de dos años me dijeron que los enviase a Sevilla con mis suegros y que luego nos podríamos volver a reunificar. Yo estaba muy unido a mi mujer y a mi hijo y rechacé aquella propuesta y no fui a Siria. Nunca he sido ejecutivo, pero, ni falta que me ha hecho serlo. Me he alegrado infinitas veces de aquella decisión.

El segundo caso ocurrió en 1983, cuando nació mi segundo hijo; tenía yo un buen trabajo, pero tenía que viajar continuamente y pasar muchas noches fuera de casa. Con la llegada del nuevo hijo el trabajo se le complicaba a mi mujer y además yo quería ser partícipe de la crianza de mi hijo menor en sus primeros años de vida, así que decidí despedirme de aquel trabajo y buscar otro que me permitiese estar más tiempo en casa y ayudar a mi mujer y estar más con mis hijos.

Tomé la decisión de cambiar de trabajo y al principio fue dramática porque los planes salieron mal, pero luego me pude recuperar y acceder a la docencia en 1984 y ya desde entonces les he podido dedicar todo el tiempo del mundo.

A veces amig@s hay que jugar fuerte y arriesgarse, el mundo es de los valientes, de los cobardes, dicen, que nunca se ha escrito nada....
Un saludo para tod@s. FELICIANO

 

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