Utopia Siglo XXI

 

 

Diario educativo de Feliciano Robles, para tratar de conseguir una Educacion integradora y liberadora en los valores humanos que mas dignifican a las personas.

 

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lunes, diciembre 13, 2004

 

APRENDER A SER, HACER Y TENER

Capítulo 6-2: La aceptación: Xenofobia e inmigración


Feliciano Robles Blanco

Hola amigas y amigos: Si ayer os hablaba del racismo como una lacra social a la que hay que combatir, más indignación aun me produce la xenofobia que se tiene con las personas que osan emigrar de sus países y se desplazan hacia otros huyendo de la miseria, la explotación la guerras o simplemente los desastres naturales (sequías, epidemias, terremotos, etc).

Y esta indignación es más grande aun porque el rechazo y la explotación se produce con aquellas personas que además de ser extranjeros son pobres e incultos.

Ahora mismo Alemania quiere abrir sus frontera, pero solo para contratar a jóvenes muy cualificados, es una vergüenza, cuando necesitaban construir autopistas y hacer funcionar las fábricas más contaminantes recurrían a obreros sin especializar de España, Portugal, Yugoslavia o Turquía, y hoy día quieren llevarse solamente a los jóvenes mejor preparados de los países de Europa e India para trabajar en sus computadoras y laboratorios, y dejar esquilmados a éstos países de jóvenes que podrían participar en desarrollarlos.

Yo he sido inmigrante, y he tenido suerte porque en Cataluña donde viví 20 años, llegué a casa de mi tía que era catalana y me introdujo bien en esa sociedad y yo enseguida cogí su cultura y estuve integrado sin problemas, y luego aquí en Andalucía pues como me casé con una sevillana pues también estoy muy integrado y no tengo ningún problema.

No obstante os voy a contar una historia que me sucedió una vez en la que fui víctima de la discriminación pro razón de ser pobre y “charnego” y que de verdad me lo hizo pasar muy mal.

Debía de ser agosto de 1967 y yo vivía en un pueblo pequeño de la provincia de Barcelona y allí como en todos los pueblos se hacía por esa fechas la Fiesta Mayor y la noche del lunes se elegía a la “Pubilla” que era como digamos la chica más guapa del pueblo.

Una de las chicas candidatas a ser Pubilla ese año era Montse. Montse era una chica catalana, rica y bastante guapa, así que reunía las características ideales para ser Pubilla.

Yo aquel verano me había hecho muy buen amigo de Montse, nada de enamoramiento pero sí una amistad muy sana, tanto es así que cuando llegó la Fiesta Mayor estuve casi todo el tiempo bailando con ella, y nos divertíamos con los demás amigos de la “colla” (pandilla).

Pero cuando llegó la noche del baile del lunes fui al palco donde estaba su familia para sacarla a bailar, como había hecho los días anteriores y entonces cuando ella se iba a levantar, su madre la sujetó y no la dejó bailar conmigo, yo me fui un poco extrañado pero no le di mucha importancia, si que la vi que venía más guapa con un vestido nuevo y muy bien peinada.

Al poco rato vi a su hermano Joan, hablando con mi amigo Josep, que era el chico más rico del pueblo, haciéndole indicaciones para que fuese a bailar con su hermana, Josep fue a pedirla y empezó a bailar con ella porque todos éramos amigos, pero al poco rato se paró la música y se anunció que se iba a proclamar la Pubilla, subió el alcalde al escenario y proclamó a Montse como la Pubilla de ese año, y entonces se inició un Baile de Gala que bailaron Montse y Josep, y toda la gente haciendo un corro y aplaudiendo.

Yo sentí una rabia tremenda porque si yo no hubiera sido “charnego” y pobre aquel baile Montse lo habría bailado conmigo.

Así que aquella noche fue una de las pocas veces en mi vida que he llorado, y me prometí que haría lo posible por no ser pobre y no ser discriminado tan miserablemente.

Por eso me gusta contaros estas cosas, porque es así como funciona la vida y es tremendo cuando se discrimina a la gente por esos motivos.

Por eso a mis hijos nunca les he puesto ninguna pega con el tipo de personas que se relacionan me da lo mismo que sean pobres, ricos, blancos o morenos.
La amistad está por encima de todo eso que los adultos valoramos de forma egoísta y torpe.

Nada más un saludo. Feliciano


 

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