Utopia Siglo XXI

 

 

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domingo, febrero 11, 2007

 

Jueces y Democracia

Feliciano Robles Blanco

Hola amigas y amigos: La verdad es que después de una semana sin escribir alguna reflexión son bastantes los temas que acuden a mi cabeza, para escribir este aporte. De todos ellos y coincidiendo con el cambio de Ministro de Justicia que ha habido en España, voy hacer unas reflexiones sobre como veo yo la Justicia, los Jueces y la Democracia.

Cuando se implantó la Democracia actual en España, se tomó como referencia la estructura política que existía en la República Federal Alemana de entonces. Porque era una de las últimas Constituciones que se habían hecho y porque era una constitución que había dejado al nazismo fuera de la Ley.

Aquí en España, no se llegó tan lejos de dejar fuera de la ley al franquismo, lo que hubiera representado una auténtica revolución democrática porque si se hubiese hecho eso, se habrían expulsado de la función pública a miles de funcionarios corruptos que había y a otros que ideológicamente habían estado defendiendo el franquismo desde la posición administrativa que ocupaban.

Entre estos administradores de elite que tenía el franquismo no cabe duda que el Poder Judicial era uno de sus pilares fundamentales.

Se creyó ingenuamente que si se hacían Leyes democráticas, los jueces serían democráticos y actuarían con coherencia democrática y progresista.

Nada de eso ha sucedido, durante muchos años se han regido los jueces por Leyes Franquistas que han estado en vigor durante la Democracia, y los jueces han seguido actuando muchas veces como lo hacían en la Dictadura, ensañándose con los débiles y protegiendo a los poderosos.

Los jueces que llegan a los escalones altos de la Magistratura son los que más significativamente han actuado de acuerdo a una ideología ultraconservadora y con sus actuaciones son los que más han frenado en España la existencia de una Justicia ágil y progresista, en el sentido de no distinguir a los delincuentes por su situación económica o sus ideologías políticas.

La mayoría de jueces en España actúa según el criterio vago e interesado llamado alarma social, es decir perseguir a los delitos que la prensa y la opinión pública ha exacerbado al máximo, al margen de que puedan ser justos o no.

Con los medios de comunicación amarillistas y sensacionalistas que padecemos en España, es fácil crear alarma social de casos poco trascendentes y sin embargo callar o aplaudir casos o causas de auténticos canallas o sinverguenzas.

Los casos de canallas que quiero citar es el de muchos empresarios sin escrúpulos que explotan a trabajadores al margen de garantías salariales dignas y ausencia de medidas de seguridad lo que está dando paso a que cada año mueran cientos de trabajadores en accidentes de trabajo evitables. Si cada vez que ocurre un accidente laboral se abriesen diligencias penales contra el patrono y se verificase bien las condiciones en las que trabajaba el trabajador sincerado otro gallo cantaría.

En la mayoría de los casos a estos patronos no les aplican las leyes, y apenas si son sancionados.

Sin embargo hay otras causas que debidamente jaleados por los medios de prensa ultramontana si que son perseguidos por los jueces y se producen actuaciones rayanas con la prevaricación sin que nadie actúe ante tales desmanes.

Actualmente los jueces de los altos tribunales españoles pretenden constituirse en los mandamases del Estado interviniendo en muchos aspectos que no les compete, porque no hay delito sino actuaciones políticas. Por ejemplo en el Estatuto de Catalunya ha habido un nuevo texto aprobado por los políticos y por lo tanto a los jueces no les compete intervenir ahí, solamente otra mayoría política podría cambiar si puede lo que ahora han acordado los partidos políticos. Igual puede decirse del proceso de paz y de tantas y tantas cosas donde el Gobierno y el Parlamento permanecen maniatados por la acción política e interesada que ofrecen los Magistrados de los Altos tribunales, que actúan como un órgano político más en detrimento del Gobierno y Parlamento porque son los jueces los que tienen la última palabra. ¿Quién controla a los jueces?. Se controlan entre ellos y si hay alguno que se sale de su norma lo excluyen e inhabilitan.

Lo peor de todo es que no hay muchas perspectivas de que esta situación pueda cambiar, porque el sistema administrativo para acceder a la judicatura está controlado desde el interior mismo de los jueces y son sus familias o allegados los que van accediendo a ser jueces, a través de las oscuras academias de preparación para la judicatura.

 

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