Utopia Siglo XXI

 

 

Diario educativo de Feliciano Robles, para tratar de conseguir una Educacion integradora y liberadora en los valores humanos que mas dignifican a las personas.

 

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viernes, junio 09, 2006

 

Por qué soy de izquierdas ( y III)
Feliciano Robles Blanco

Ya dije en un aporte anterior, que hubo una etapa de mi vida en la que fui operario metalúrgico, concretamente tornero y fresador en una empresa importante en Terrassa.

Esta tarea la desarrollé de 1967 a 1970, y por aquella época ocurrieron cosas muy importantes a nivel mundial, que me fueron indicando más o menos hacia donde se encaminaba mi izquierdismo.

Debo decirles que por aquel entonces había muchas sensibilidades de la izquierda diferentes en matices importantes:

Por ejemplo la izquierda más famosa que había en España, eran los comunistas, porque Franco los tenía muy criminalizados, y muchos de ellos pasaron años en la cárcel e incluso algunos fueron fusilados, como Julián Grimau. Yo por entonces empecé a leer libros marxistas, y las crónicas que enviaban del extranjero los corresponsales de La Vanguardia, así que me informé bien sobre el Mayo-68 parisino, la Guerra del Vietnan, la Primavera de Praga, y el inicio de las actividades de ETA, que se presentaba como un grupo marxista-leninista.

Del Comunismo había cosas que me gustaban pero otras no, por ejemplo, el ateísmo que profesaban, lo de la Dictadura del Proletariado, y la estatalización de la Economía, así que nunca me consideré comunista, aunque buen amigo de algunos comunistas que conocí.

Otra izquierda estaba representada por los anarquistas de CNT y FAI, también tenía simpatías por esta gente, pero no llegué a considerarme anarquista, en estado puro, mi contradicción con ellos es que yo era partidario, de la existencia de un Gobierno y ellos estaban en contra.

Otros amigos que tuve eran los trosquistas.

Pero yo con lo que más me identificaba era con los intelectuales de izquierda que había entonces como los profesores Aranguren y Tierno Galván, y en el ámbito económico abogaba por la nacionalización de los sectores estratégicos, planificación económica, autogestión en las empresas en forma de cooperativas, y cogestión en las grandes empresas entre los trabajadores y el capital, estado laico, y poner los valores éticos humanos como estilo de vida, pro ejemplo, la PAZ, la LIBERTAD, la SOLIDARIDAD y la DEMOCRACIA.

Mi actividad izquierdista de aquellos años fue en el seno del sindicalismo, y vi con mucha pena como muchos sindicalistas eran perseguidos, despedidos de sus trabajos e incluso encarcelados, por luchar por mejoras sociales para los trabajadores.

El punto clave de mi inclinación definitiva hacia la izquierda, se produjo en septiembre de 1973, cuando estando en París, me enteré del asesinato del Presidente chileno Salvador Allende y del Golpe de Estado sangriento de Pinochet. Aquél día fue cuando ya decidí hacer público mi izquierdismo en el trabajo, y en cuantos foros participaba.

Una grave enfermedad que tuve en 1979, me obligó por consejo médico a dejar toda la actividad sindical que tenía y renunciar a la actividad política, por lo que abandoné Barcelona y me trasladé a Sevilla, donde después de aprobar una Oposición me convertí de docente de Formación Profesional, que considero una actividad muy afín con mi ideología de izquierda al intentar formar lo mejor posible a los hijos de trabajadores que son el tipo de alumnos que siempre he tenido.

Aquí concluyen estas reflexiones, de por qué soy de izquierdas, supongo que cada persona tendrá razones de peso para ser de una u otra ideología.

Quiero decir que la ideología está al margen de que el Gobierno de un país o un Ayuntamiento o una Comunidad Autónoma, esté gobernado por unos u otros partidos políticos.

La Política moderna difiere bastante de la ideología.

Un saludo

 

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martes, junio 06, 2006

 

Por qué soy de izquierdas (II)

Feliciano Robles Blanco

Ya expliqué en el primer aporte que la circunstancia principal de mi izquierdismo es la indignación que me produce que la formación académica esté estrechamente relacionado con la economía de los ciudadanos y no tanto con la verdadera capacidad intelectual de los ciudadanos, incluso a pesar de los avances que se han producido estamos aun muy lejos de la verdadera igualdad de oportunidades.

La segunda relación de mi izquierdismo radica en la desigualdad tan grande que hay en la posesión de la riqueza, y que la riqueza se consigue generalmente a base de expoliar o explotar a los pobres y desfavorecidos.

Les voy a contar la siguiente historia:

Cuando yo nací mis padres eran unos humildes ganaderos y agricultores de cuya actividad sacaban lo justo para la subsistencia.

Pero cuando yo tenía más o menos 10 años, tuvimos una crisis con el ganado que teníamos y quedamos poco más o menos que en la ruina. Entonces para poder subsistir mis padres y yo nos pusimos de criado, Si Si de criado, con el hombre más rico que había en mi pueblo. Mi padre guardaba un rebaño de ovejas en el campo, yo guardaba otro rebaño de ovejas en otra dehesa, y mi madre trabajaba de jornalera con aquel hombre, cogiendo aceitunas, algodón, tabaco, cogiendo muñigas de vacas en los prados, etc.

Mi padre y yo cobrábamos una miseria, y mi madre un pequeño jornal los días que trabajaba. Yo estuve dos años con las ovejas, y no descansé ni un solo día, ni vacaciones ni nada y jornadas de sol a sol, como allí se decía.

Entretanto mi amo tenía cinco hijos de los cuales tres estudiaban en la universidad de Salamanca, y en las vacaciones de verano se pasaban un verano por todo lo alto en el pueblo.

Luego a los 13 años, me fui también de criado a una dehesa de Extremadura con un trabajo de aguador, era un trabajo más descansado pero pasé seis meses en la dehesa sin salir de la misma ningún día y con un salario justo para subsistir. También los dueños de la dehesa les llamaban los señoritos y tenían todo tipo de lujos y buen vivir, desde cacerías y demás fiestas propias de los terratenientes.

Al cumplir los 14 años me fui a Cataluña y empecé a trabajar en una fábrica textil, y allí experimenté un gran cambio en mi vida, porque trabajaba solo 8 horas diarias, me dieron un contrato de trabajo, descansaba los domingos, y me dieron de alta en la Seguridad Social, y ya tenía tiempo de poder volver a la escuela aunque fuese solo por las tardes y por primera vez tenía dos semanas de vacaciones anuales pagada.

Mi rol en Extremadura era el de criado, sin ninguna clase de derechos sociales, luego en Cataluña mi rol era el de aprendiz mecánico y con derechos sociales, cuando me fui a Terrassa y empecé a trabajar como metalúrgico y a la vez estudiaba, mi rol era el de estudiante trabajador.

En esta empresa metalúrgica vi el nacimiento de la lucha sindical, y mis compañeros me empezaron a considerar un luchador por las mejoras sociales y laborales, porque leía mucho la prensa y sabía como eran las condiciones laborales que tenían los metalúrgicos en Suecia, Alemania o Inglaterra.

Por esta época leí un pequeño libro de Mao, donde decía que la austeridad era una virtud revolucionaria, aquella frase me impactó bastante y ha sido un rol en mi vida, porque siempre he procurado llevar una vida austera y no tener ambición alguna por el dinero o las posesiones materiales.

Es la austeridad la que me permite sentirme cómodo con la ideología izquierdista, porque me ha permitido disponer de mucho tiempo libre para dar paso a mis aficiones favoritas, mientras que otras personas que conozco que orientaron su vida hacia los logros económicos les he visto muchas veces muy estresados y poco felices.

(Continuará)

 

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